Cuando utilizamos plantas alóctonas o exóticas, poco adaptadas a donde van a vivir, les provocamos un grave estres. Además, a veces son portadoras de enfermedades que pueden transmitir a las plantas espontáneas. Determinadas plantas ornamentales exóticas se naturalizan e invaden ecosistemas bien conservados, donde llegan a desplazar a otras especies autóctonas que tienen un papel que cumplir.